Au pair: 1. Paciencia

¡Buenas! Tras mucho tiempo voy a tratar de devolverle vida a mi viejo blog. Hoy inicio una publicación semanal en relación a mi experiencia como au pair, con la esperanza de que sirva de ayuda a todos los que quieran iniciar esta aventura. Lo hago con el deseo de que mi experiencia sirva para mejorar la tuya, para que no cometas mis mismos errores y logres disfrutar de esta nueva etapa. 

Creo que si hubiera que marcar un punto imprescindible para ser au pair sería, sin duda, la paciencia. No te preocupes si aún no la tienes, créeme cuando te digo que será una de las mayores virtudes que saques de esta experiencia. Tres puntos fundamentales para los que te aconsejaría que fueras paciente:

1. Paciencia a la hora de escoger familia.

Tanto si eliges ser au pair a través de agencia como por otro medio, no tengas prisa. Hay muchas familias y tarde o temprano recibirás noticas de alguna, seguro. Puede que tengas que esperar más de lo que habías imaginado y que comiences a desesperarte. En serio, tómalo con calma, no dejes que la idea de que nadie te va a elegir te agobie porque esa ansiedad puede hacer que te precipites.

Te lo digo por experiencia personal, por mucho que te encante la primera familia, a pesar de que sientas que has tenido un flechazo o que creas que se trata de tu única opción, date tiempo. No te digo que los olvides pero permítete conocer a más, ver todas las opciones y, sobre todo, comparar. Eso te ayudará a tener una idea sobre a qué atenerte y cómo está la situación. Creo que este fue mi gran error en esta experiencia, por eso, me gustaría que lo tuvieras muy en cuenta.

2. Paciencia con los niños.

Sin paños calientes, el primer mes es duro: idioma nuevo, entorno nuevo, costumbres nuevas y niños nuevos. Puede ser mejor o peor dependiendo de muchas variables pero prefiero que vayas mentalizado. Para los primeros días podría recomendarte que tuvieras paciencia con muchas cosas pero la realidad es que es tu relación con los niños (y con la familia) lo que podrá agotar más fácilmente tu paciencia. Puede que al principio no quieran verte ni en pintura, que te rehuyan, que pongan malas caras... poco a poco. Quizá te desanimes, acabas de llegar, estas sola y encima te sientas ligeramente inútil porque tus host children no quieren saber nada de ti, paciencia. Es una etapa y, si te mantienes en tu empeño, acabarás por ganártelos.

Durante mis primeros días mi host kid no paraba de llorar y gritar cada vez que me veía cerca, no quería quedarse conmigo a solas y la madre tenía que seguir haciéndolo todo. En mi desesperación llegué a decirle a la madre que creía que el niño me odiaba porque no quería ni verme en la misma habitación. Pero la realidad es que no te conocen, te pueden llegar a tener miedo y a veces debes ser comprensivo y darte cuenta de que esas tareas que estás haciendo prefieren mil veces que las hagan sus padres. Me costó, pero al final corría a pedirme que le leyera yo lo cuentos y a que jugara con él. Es difícil pero se supera.

3. Paciencia contigo mismo

Quiero que te quede claro que te vas a equivocar muchas veces (muchas) y no pasa nada; vas a hacer el ridículo en numerosas ocasiones y sí, vas a poner cara de idiota y puede que más de uno piense que lo eres. Pero, de verdad, no pasa nada.

Quizá una de las cosas de las que te darás cuenta pronto es que no dominas tanto el idioma como te gustaría. Puede que te sorprendas con que eres capaz de hacerte entender mejor de lo que esperabas pero seguramente van a faltarte palabras, expresiones, te perderás parte de las conversaciones, van a tener que repetirte las mismas frases varias veces... es normal. Has venido a aprender y puede que todas estas cosas no te molesten los primeros días porque todavía tienes ese idea clara, pero a medida que te vayas integrando, que lleves tiempo en el país, estas pequeñas cosas llegarán a desesperarte. Sé paciente contigo mismo, el aprendizaje de un idioma es trabajo de toda una vida. No quiero que con eso te desanimes sino que te des cuenta que nunca dejas de aprender, ni siquiera cuando se trata de tu lengua materna.

Vas a equivocarte de dirección (bendito Google Maps), vas a entender mal a la dependienta, al conductor del bus, vas a equivocarte al cocinar, vas a parecer grosero, torpe, tonto, despistado, pero, de verdad, no pasa nada. Porque también vas a resultar simpático, encantador, porque eres extranjero, porque estás haciendo el esfuerzo de entenderles en su propia lengua, de conocer su cultura, de integrarte y si, a pesar de todo eso, no se quieren dar cuenta, los groseros, torpes y tontos son ellos. Vas a convivir en esta aventura con mucha gente pero, sobre todo, vas a convivir contigo mismo, por eso, permítete perdonarte, reírte y acumular anécdotas. Recuerda que no eres el único que ha pasado por todo eso.

Este es mi primer gran consejo: prepárate para ser paciente. Si después de leer esto, sigues dispuesto a ello, ¡enhorabuena! Porque sinceramente creo que es uno de los puntos más importantes que debes tener presente y mi imprescindible para llevar bien esta aventura.
Espero que les sirva, ¡un abrazo!
 Nica